PRESENTACIÓN DEL BLOG

UNA VISIÓN COMPLEMENTARIA SOBRE LAS FORMAS DE SANACIÓN Y CRECIMIENTO DEL SER HUMANO

La idea fundamental de la creación de este blog es acercar, dentro de lo posible, los fundamentos de la Energética Taoísta Tradicional a los conocimientos de la Biomedicina Occidental Actual.

En nuestra cultura tecnológica y científica, hemos llegado a desconfiar y temer de todo aquello que nos parezca mágico, esotérico, indemostrable, poco sensato.

La vida me ha enseñado que es muy fácil cerrar los ojos...pero las imágenes siguen existiendo.

Por otra parte, hay quien menosprecia todo lo científico y racional por parecerle poco espiritual.

Nada más lejos de la verdad: Sin espíritu no hay ciencia ni conocimiento.

Veamos que se puede hacer para unir...


miércoles, 1 de junio de 2011

SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO Y REGULACIÓN DEL CHI





“Conocer la ignorancia es un gran bien. Ignorar el conocimiento es un mal” (Tao Te Ching-verso LXXI-Lao Tsé)


A la hora de intentar adentrarnos en el fondo de la Alquimia Taoísta, nos encontramos con dos problemas: Que la forma de pensamiento oriental y occidental son bastante diferentes y que vivimos en otra época histórica, por lo cual la forma lingüística de expresar los descubrimientos biológicos ha variado mucho.

El primero se puede solucionar a base de leer y leer; para el segundo, nos hace falta una “traducción simultánea” que intente asemejar algunos de los fundamentos energéticos chinos con la biomedicina occidental. Como esta interpretación sólo se puede hacer con cierto conocimiento médico, la tendencia al oír o leer esos conceptos es  creer que son  nociones esotéricas y mágicas. Sin negarles ninguna de estas dos cualidades, podemos añadir una tercera: Tienen un fundamento científico. Esto no les hace ni mejores ni peores, pero ayuda a su mejor comprensión. Si logramos aunar y acercar conocimientos orientales y occidentales, es posible que tengamos una visión global más amplia y penetrante.

No es mi intención, ni creo que sea posible o necesario en este contexto, hacer una traslación profunda sino sólo una aproximación suficiente para picar vuestra curiosidad. Tened paciencia porque es necesario  haceros una pequeña introducción:
Se puede decir que el ser humano es un autómata pensante. Me explico. Tenemos sistemas orgánicos reguladores (homeostáticos) del funcionamiento de todas las estructuras anatómicas que permiten que no se tenga que estar pendiente de adaptar las funciones vitales básicas, según la necesidad adecuada a cada momento para una supervivencia eficaz.

Los dos grandes sistemas de coordinación interna de los que ha sido dotado el organismo son el Sistema Nervioso y el Sistema Endocrino. Estos grandes mecanismos no sólo sirven para regular la comunicación interna entre las diferentes partes y necesidades de nuestro cuerpo sino que también, de diferentes formas, son los que adaptan nuestra comunicación con el medio exterior y con los otros seres. Hoy, sólo hablaremos de uno de ellos: El Sistema Nervioso (S.N).



El S.N controla múltiples funciones de nuestra vida que van desde lo más básico (respiración, latido cardiaco, motilidad intestinal, contracción muscular, presión arterial…) hasta las más complejas (lenguaje hablado y escrito, pensamiento estructurado…), pasando por otras que podríamos considerar intermedias (instintos, emociones). También regula al propio Sistema Endocrino. Pero para tomar sus decisiones adaptativas, primero recibe e interpreta todas las informaciones que el entorno y el propio organismo le mandan. De tal manera que todo nuestro cuerpo se organiza en función de numerosos mecanismos circulares de retroalimentación que, a su vez, interaccionan entre si. Son como múltiples tao interdependientes.

A la parte del S.N que se ocupa de estos componentes autorreguladores básicos de la supervivencia, se le denomina S.N Autónomo ó Vegetativo (S.N.A), y consta de dos subsistemas: Sistema Simpático y Sistema Parasimpático. El S.N.A puede cambiar con rapidez, eficacia e intensidad las funciones vitales.
El Simpático es el gran despilfarrador de la energía: Acelera casi todos las funciones orgánicas (respiración, frecuencia cardiaca, contracción muscular…) ya que es el que pone en marcha la respuesta adecuada ante situaciones de alerta que requieren un gran aporte energético. Es el facilitador de las respuestas de stress.
El Parasimpático es el gran ahorrador de energía: Disminuye la frecuencia del latido cardiaco, regula el ritmo respiratorio, disminuye la presión arterial, aumenta el aporte de sangre a los órganos debido a que dilata los vasos sanguíneos que los riegan, relaja músculos y tendones, aumenta la producción de saliva (tan buscada por los taoístas al considerarla un elixir de transformación)... Cuando hablamos de concentrar el chi, estamos hablando de no dispersarlo ni desperdiciarlo, pues bien, ese es el trabajo del Sistema Parasimpático.

Ambos sistemas son antagonistas y complementarios: Los dos son imprescindibles para conseguir el equilibrio funcional del organismo. Serían como el Yin-Yang de la regulación de los procesos internos.

También lo podríamos expresar diciendo que el Simpático nos ayuda a dar respuesta a las informaciones del mundo exterior y el Parasimpático es el sistema de coloquio interior de nuestro organismo consigo mismo. Si partimos de la base de limitar la información del entorno, será mucho más fácil relajar el Simpático y dar prioridad al Parasimpático para preparar nuestro diálogo interno. De ahí que para practicar algunas técnicas de qigong o de meditación, se necesite la menor cantidad posible de estímulos exteriores visuales y sonoros. Seguramente, en parte, el concepto de wu-wei (no acción) se base en este trabajo: No dejar que el mundo se apodere de nuestra atención de forma prioritaria, sino que siempre lo afrontemos desde la comprensión de nuestra perspectiva interna equilibrada y serena.



Estos sistemas Simpático y Parasimpático interactúan con las glándulas endocrinas (productoras de hormonas), de tal forma que entre ellos hay un constante flujo de información y reajustes en función de las adaptaciones orgánicas adecuadas a cada momento o circunstancia, estableciendo una interacción constante e imprescindible. Algunas de estas glándulas forman parte del cerebro y  se encuentran en una zona inmediata a las estructuras nerviosas encargadas de regular las emociones.



Por tanto, podemos añadir otro dato: Las emociones tienen una enorme influencia sobre los ciclos hormonales y sobre la regulación de  los Sistemas  Simpático y Parasimpático. A su vez, podríamos decir que todos estos elementos influyen sobre las emociones. He aquí uno de los circuitos de retroalimentación (tao) de los que hemos hablado.








En este circuito podemos influir  con nuestro trabajo premeditado y consciente, poniendo en marcha el control de centros nerviosos de función más compleja. La herramienta básica de actuación para influir con nuestra intención es la respiración, ya que es la única función orgánica que aunque tenga un control automático, se puede modificar mediante la voluntad. El simple hecho de hacer nuestros ciclos respiratorios más lentos y profundos disminuye la frecuencia cardiaca, cambia la composición química de la sangre y activa nuestro sistema de ahorro energético y de interconexión interior (Parasimpático). Por otra parte, la respiración es la forma más física, más palpable, de comunicación interior-exterior así como del propio organismo consigo mismo (Interior-interior): “La respiración es la maestra de la energía”.
“En la respiración consciente, el momento de apnea (1) es cuando se carga la energía”, porque es cuando se produce el intercambio gaseoso en el interior de los pulmones (el oxígeno del aire que ha llegado  al interior de los pulmones, pasa hacia la sangre a través de los capilares de la zona). “Cuando el chi se hunde en el tantien, los órganos pueden relajarse y moverse con cada inspiración y espiración (Cheng Man Ching-“Los 13 capítulos del Taichichuan”). Por tanto, la respiración abdominal estimula a los órganos abdominales (2). El Sistema Parasimpático además de concentrar la energía, hace que se produzca vasodilatación en los órganos internos, lo cual hace que sea mayor el aporte de sangre a los mismos. Esto explica la frase “La sangre va donde está el chi”.
Si analizamos  la frase “Allí donde va la intención, va el chi”, tal vez se podría traducir como: Mediante el esfuerzo de nuestra conciencia activamos los centros parasimpáticos de ahorro de energía. Si estamos activando el ahorro de energía, estamos “concentrando la energía”, para que luego la podemos utilizar de la forma en que deseemos y nos sea más propicia (¿no es precisamente eso lo que hacemos en taichi, movilizar la energía que previamente hemos almacenado en el tantien?).

Vivimos en una sociedad en la cual hemos aprendido a que todo es prisa, agresión o miedo, lo cual hace que estemos en un estado de preponderancia continua del Sistema Simpático; ello hace que derrochemos continuamente cantidades ingentes  de energía. Hemos acostumbrado a nuestro organismo a que funcione en un constante estado de tensión, lo cual sería similar a llevar el motor de un coche continuamente revolucionado sin tener en cuenta las prestaciones necesarias para cada momento de la conducción.

Los trabajos de qigong  hacen que nos centremos en nosotros mismos y que  preparemos nuestra energía para utilizarla en la forma de taichi. El qigong  nos entrena  a regular la interacción de Simpático y Parasimpático, incluso dando una prioridad al segundo, para que no se desperdicie energía en procesos orgánicos internos innecesariamente  acelerados. De ahí la frase taoísta que dice refiriéndose a los practicantes de la Alquimia Taoísta: “Una gran montaña puede caer delante de sus pies sin que se transforme su expresión”. ¡Esto si que es predominio parasimpático puro!
Todo lo visto explica por qué, cuando realizamos cualquier tipo de trabajo energético que inhiba al Simpático y dé prioridad a que nos centremos sobre nosotros mismos, relajándonos profundamente, conviene efectuar un automasaje al final: Con él se vuelve a activar la circulación muscular, y se avisa a todos nuestros sistemas internos de que se deben preparar para una nueva conexión con el entorno. Sin embargo, en los métodos dinámicos de qigong puede que no sea tan necesario, desde esta perspectiva, porque la desconexión del exterior  es menos profunda. Otra opción es comenzar con el masaje, en ese caso, su función sería otra distinta, puesto que induciríamos una mínima activación  del Simpático que, posteriormente, nos facilitaría el trabajo de relajación del Parasimpático.
Y después, con  el taichi moveremos un cuerpo relajado, armonizado (sin bloqueos)  y cargado de chi. 
Espero que este trabajo, sin perder la magia del conocimiento taoísta, os ayude a comprender mejor algunos aspectos de nuestro arte relacionados con la salud. Aunque lo que es realmente importante que no olvidemos es que:

“El chi que fluye en nuestros cuerpos es el mismo chi que mueve las estrellas en el firmamento”- Cheng Man-Ching


                                                                                 Carmen Campos
                                                                                                                                  
Notas a pie de página
(1)-Apnea es el breve lapso de tiempo en el que dejamos de introducir aire en los pulmones, pero aún no hemos comenzado a expulsarlo.
(2)-Cuando se habla de órganos o vísceras es desde el punto de vista occidental, y no tiene la diferencia de matiz de la MTC.